Últimamente mis días se van encontrando uno con otro. No es que trasnochen unos y madruguen otros, pero lo que sí es cierto es que en la marejada de pensamientos por la que navega mi cabeza todo parece que se acumula sin despegarse una idea de la siguiente.
Es algo así como escribir sin respetar espacios, como no guardar los puntos y las comas.
Todos los pensamientos se han juntado, y todos juntos conviven en poco espacio y menor tiempo en estos meses tan espesos como lángidos.
Y así va pasando el año: atropellado, destartalado, a trompicones. Y yo me veo peleando contra ello, sin ánimo alguno y con poco tiempo.
Pero así me veo y lo peor de ello: así me siento.
No puedo decir que sea fácil, ni agradable y mucho menos "sin importancia" pero como dice Ana: "esto es así".
