05 febrero 2013

La difícil cuesta arriba

No hablo de la cuesta de enero, ni siquiera de la cuesta de la vida... Me refiero a lo difícil que está siendo caminar estos días, estos meses, desde hace ya unos años.
Las palabras crisis, corrupción y emigración van tiñiendo los días.
Resulta difícil caminar. Algo así como si  todos los días estuviera caminando cuesta arriba.
Me recuerda al peor de los puertos del Camino de Santiago, a los días de reahibilitación, cuando creí que nunca más podría doblar la pierna o volver a conducir.
Me recuerda a los momentos en los que lo veo todo todo negro...
Resulta difícil esta cuesta.
Y no sólo porque sea difícl caminar, sino porque nos acompaña una negra nube de pesadumbre que hace difícil buscar salidas de luz en medio de tanta niebla.
Está siendo muy difícil el puñetero día a día. Responder uan y otra vez que no existen ayudas, que no hay opciones, que no sé nada...
Pero aún me resulta más amargo constatar que hay quien cree que esto es normal, que no se puede hacer nada, que el mundo siempre "ha sido así" y no se puede cambiar.
Me jode subor esta cuesta con tantas voces asegurando que no podemos salir de esto sin pérdidas, no cabemos todos en el barco de la bonanza.
No me lo creo. De verda, no me creo que no haya más posibilidades, mejores ideas y por supuestos mejores dirigentes que sepan de verdad cómo sacar esto a flote sin necesidad de tantas pérdidas.
Por eso seguiré subiendo la cuesta.
Aunque tenga que buscar nuevas canciones que silbar mientras suena el telediario. Aunque me digan que pierdo el tiempo en manifestaciones, aunque me aseguren que el mundo siempre ha sido así y no hay para todos...
Seguiré subiendo esta puñetera cuesta, por más qu eme duelan las piernas, y los brazos, y el cuerpo entero. Aunque me duela el alma, que puedo jurar que ya me duele, seguiré subiendo esta cuesta.

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