30 marzo 2012

Recuerdos en verso

Hay días, no sé muy bien aún por qué, llegan a mi cabeza poemas que una vez me acompañaron. Este llega a veces, sé que depende del estado de ánimo. No de este día, sino de un ánimo más profundo en mi vida y en mi forma de ver el mundo.
El caso es que aveces llegan algunos poemas, y entonces de forma recurrente se instalan en mi cabeza. Como esa canción molesta de la que nos separamos y nos persigue entre los actos cotidianos.
Así hoy apraece Espronceda, el que fue gurú de muchos de mis días de poetisa romántica y contestataria. Será por eso que vuelve hoy.
Así aparece en mi cabeza, como cuentas de un rosario inexistente:

" Me gusta ver el cielo con negros nubarrones y oír los aquilones horrísonos bramar,
me gusta ver la noche sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas la tierra iluminar.
Que el trueno me despierte con su ronco estampido,
y al mundo adormecidole haga estremecer,
que rayos cada instantecaigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamentome agrada mucho ver...
... Las voces y las risas, el juego, las botellas, en torno de las bellas alegres apurar;
y en sus lascivas bocas, con voluptuoso halago, un beso a cada trago alegres estampar..."

Curioso pues nunca me gustaron las películas de vampiros, muertos y espíritus que revoloteas... Aun así, hoy se retuercen algunos de estos versos en mi cabeza.

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