Estos días de caracol se me enredan solitos, sin yo llamarlos y me cuesta arrastrarlos.
No estoy infeliz, ni triste, ni agobiada, sólo son eso: días de caracol.
Me cuesta seguir el día, me arrastra mi propia vida y los pensamientos se alborotan en las espirales del caparazón.
No quiero llegar al final de los pensamientos, es un síntoma de estos días, porque tengo la sensación que si llego al final del pensamiento tendré que tomar una decisión para la que no sé si tengo fuerzas o agilidad suficiente.
en fin, quizá no sepa expresarme, otro síntoma de los días de caracol.
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