11 abril 2010

Siniestra maldición: Katyn y el destino de un Presidente

No he pasado ni una semana en Polonia pero sí que he visto la dedicación del Presidente Lech Kaczynski porque la historia y la memoria hiciese huella sobre los olvidados de Katyn.
Vi paneles, escuché por primera vez partes de una historia de la que no era ni consciente, oí cómo las víctimas no fueron sólo de la barbarie nazi sino que existieron más manos que oprimieron al pueblo polaco, sentí cómo unos muertos son más famosos que otros y recordé que la "memoria histórica" no sólo es privativa de la guerra civil española... que todos queremos recordar a los que fueron "muertos injustamente". ¿Acaso existe una muerte justa en una guerra?.
Curiosa forma de resucitar la memoria, con paneles informativos en las calles, con un documental que se proyectará en los cines, con el empeño personal del presidente de la nación... todo sea por recordar a los que asesinaron en esa matanza.
Pero el destino ha obrado de manera implacable y macabra para un Presidente tan aferrado a llamar a la humanidad sobre la tragedia de Katyn. Su propia obsesión se ha convertido en su propia muerte y quizá con ello se evite que se le recuerde por sus propias tropelías como presidente ultraconservador y el mundo conozca la historia que acompaña a Polonia en el bosque donde "los fusilamientos empezaban por la tarde y terminaban al amanecer"...
Pienso en lo irónico del destino, yo que no sabía nada sobre Polonia, y que he leído en este año más que todos los que atrás me acompañan, que he aprendido, por viajar y por curiosidad, que paseado por sus calles desgatadas y he mal-traducido del inglés expuesto en la calle mi propia lectura de Katyn... hoy, apenas una semana más tarde sé mucho más de lo que en 39 años aprendí sobre Katyn, sobre su víctimas, sobre la obsesión de un presidente, sobre el rencor que alberga la guerra y sobre la crueldad del destino que evitó que el representante del pueblo polaco y del pueblo ruso homenajeasen juntos a las víctimas...
No deja de ser agónico saber que esta forma de evitar el encuentro entre el Presidente polaco y el ruso ha hecho que 97 nuevas víctimas engrosen las listas del Siniestro Bosque de Katyn.

2 comentarios:

  1. Lo fastidiado del caso es que el señor en cuestión no tiene nada de heroico. Es un señor que en el ejercicio de sus obligaciones junto con otro grupo de gente que también han muerto (y eso es importante) ha tenido la mala suerte de tener lo que se podría considerar un accidente de trabajo. No más de eso. Como cuando alguien se parte la cabeza al caer de un andamio.
    Le compadezco como ser humano porque es mi obligación como miembro de la raza a la que pertenezco, pero francamente, no más. Lo que se sabe de este señor no da ni para dedicarle medio minuto. Y si no, que opinen los homosexuales. No me convencen los piadosos con los muertos (del lado que sean) que se muestran inmisericordes con los vivos. Al carajo con ellos.

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  2. Estoy de acuerdo contigo.

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