14 octubre 2010

Copiapó, San José, Campamento Esperanza.

Dudo que hubiera podido situar la mina, que no Atacama, en el mapa de no haber sido por que hace más de dos meses saltaba la noticia del derrumbe de la mina, de los hombres que se perdían en las entrañas de la tierra y de las pocas esperanzas que existían.
Desde ahí todos lo sabemos, las primeras voces de esperanza, la creencia desesperada que pudieran estar vivos, los primeros contactos y mensajes y con ellos la acción desesperada de medios tecnológicamente punteros frente a las condiciones tercermundistas en las que trabajaban estos 33 hombres.
Aguila, Sepúlveda, Bustos, Urzua... Carlos, Daniel, Ariel, Claudio... nombres y apellidos que se han forjado un hueco entre la piel y el alma de todos los que hoy hemos escuchado la radio, la tele, los periódicos...
Hoy no existe mejor noticia en el planeta: hombre, tecnología, espíritu, solidaridad y fuerte deseo de vivir.
Los mineros están saliendo a la vida.
Ojala todo siga bien, ojalá salgan a la luz todos, también los "rescatadores". Que Manuel González, el primero que bajó y el último que saldrá, salga bien y que esta proeza de ciencia y humanidad no tenga que llegar a situaciones tan extremas para ponerse al servicio del hombre.
Sé que el desierto de Atacama nunca sonará igual en los oídos de los que hoy miramos a estos mineros, sé que el Campamento Esperanza toma más que nunca el sentido de su nombre.
Mañana, pasado, cuando todo salga y salga bien... que la Vida los cuide como hasta hoy ha cuidado de estos 33 hombres de la mina de San José de Copiapó.

1 comentario:

  1. Muchas gracias Cristina, gracias por tus palabra y por tu ánimo. Me gustaría ver tu blog también. Por lo demás este sitio es público, así pues bienvenida y bienvenidos aquellos que llegan hasta aquí.
    ;)

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