05 enero 2010

Miedo, casi pánico... 4 millones de parados, o casi

Me desvelo y decido que puestos a no dormir escuchar la radio en la cama, más que nada para saber la hora. entre despejarme y no oigo de fondo a Juan Ramón Lucas que los medios, y por qué no decir todos, esperamos las declaraciones del gobierno sobre la cifra del paro.
Rondan los 4 millones, la perores previsiones es que llegaremos a esa cifra. Los obligados a ver lo positivo arañarán palabras como "casi", "previsiblemente", "desaceleración", "mejora", "indicios de recuperación"... En fin, eufemismos obligados por el tiempo y posición que ocupan, como los obligados azotes que propinarán los que se sientan en frente o en un color diferente en el Parlamento.
El caso es que resuenan, en mi desvelada madrugada, la cantidad de personas que posiblemente han comenzado el año en paro.
Y preveo que mi año laboral comenzará sosteniendo más de una de esas situaciones que el Estado no sostiene. De esas situaciones que rayan la indecencia social, la vergüenza política o la perversión de este primer mundo.
Sospecho que de en los 4 millones no han contado los que sin trabajo no pueden apuntarse al paro porque sus situación legal no les permite este "derecho". No se encontrará aquellas personas que rayan ya los 60 y tantos años y se saben parados, sin sueldo y sin posibilidades. Imagino que tan poco están los que no podrán apuntarse porque su capacidad física, cognitiva o similar no les alcanza para estar en ese lista ya que cree, o saben,. que nunca superarán esa situación de inactividad, o que un empresario podría creer en éstas personas.
En fin, que a mi desvelada madrugada se le unen cifras escalofriantes, e irónicamente en el día en el que más voces tiemblan por nervisos bien distintos. Y es que esta mañana las noticias competirán entre las cifras del paro, entorno a los 4 millones, con otra bien distinta: 3. Tres reyes magos que harán temblar a tantos o más niños como adultos tiemblan desde las listas anónimas del paro.
Miedo me da, casi pánico. Y tanto por lo que estas cifras repercutirán en mi trabajo, como por la posibilidad, cual espada de Damocles, de pasar a ser una más de esa anónima lista que hoy pregonarán los telediarios y de la que yo, ya conozco demasiados nombres.

2 comentarios:

  1. Vértigo, es poco. No me extraña que no pudieras dormir.
    Un beso.

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  2. Y veo que ahora es más fácil escribir aquí. Esto me parece una buena noticia.
    Y otro beso por cumplirme el deseo.

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